Cuando todo te parezca convulso, y te encuentres confundido, ¡párate! No corras desesperadamente. No emprendas una huida a ninguna parte.
¡Párate! Estáte quiet@. Moverse en tiempos confusos te convierte en un moscardón intentando llegar a la luz estrellándose contra el cristal.
A veces preferimos movernos sin parar porque somos incapaces de pararnos y hacer el silencio, y encontrarnos con nuestro verdadero Yo.