Una… productora audiovisual
No escarmiento. Lo sé. Pese a haberme escaldado en más de una ocasión en las hirvientes aguas del emprendimiento, sigo empeñado en levantar mis propias empresas. Como dice mi socio, y yo mismo opino, «no podemos irnos de este mundo sin dejar un legado del que sentirnos orgullosos, y que además pueda servir a nuestros hijos en un mañana, si lo hay».