Terapia familiar: modificar la dinámica de relaciones en el hogar
Ante un joven que, pese a querer muchísimo a su familia, siente que no le importa, y fantasea con alejarse de ella. No muestra interés ni preocupación, e incluso desea ser odiado por ellos…
No es algo que sorprenda negativamente, ni que extrañe. Puede ser algo habitual y que a muchas personas puede ocurrirles según la etapa vital que estén transitando en un momento determinado de su vida. Incluso en el transcurso de una crisis existencial que pueda desembocar en cierto crecimiento personal.
Sería interesante explorar con él algunas cuestiones:
Por una parte, la polaridad entre querer muchísimo a su familia (contacto con ella, proximidad, confluencia), y por otro lado sentir que no le importan, y querer alejarse de ellos (retirada, alejamiento, diferenciación). Tal vez está en una etapa vital en la que aun queriendo a su familia, llega la hora de diferenciarse de ella y ser un individuo autónomo que ya no la idealiza. Quizás ve la luz y la oscuridad de sus familiares, y quiere ser él mismo de forma libre y consciente. Avanzar en la madurez, en el logro de su propio lugar en el seno familiar, etc.
Por otra parte, el desear que incluso le odien, puede estar relacionado con lo anterior, de forma que si le resulta difícil distanciarse o diferenciarse de su familia, el que le odien le pone las cosas más fáciles a nivel cognitivo y emocional.
También podríamos explorar su forma de relacionarse con ellos, con sus figuras de apego (generalmente los padres).
Ver cómo ‘se hacía ver por ellos’ y reclamaba su atención y cariño. Y de ese modo entender de dónde surge ese deseo de que le odien, como mecanismo defensivo, y qué tipo de beneficio puede reportarle.
¿Qué gana si su familia le odia? Si logra responderse con sinceridad y consciencia a esta pregunta, habrá empezado a abrir camino…
Y si aún te quedan dudas, sobre cuestiones de Terapia Familiar, consulta con un profesional.
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