Pese a lo que te digan por ahí, ser emprendedor no es fácil, así que si lo que quieres es ‘apostar a caballo ganador’, abrir una franquicia es posiblemente tu mejor opción.
Al menos esa es mi recomendación. Y no, no es la primera vez que te lo digo, ni será la última.
El éxito en los negocios… no es cuestión de suerte
Inviertas lo que inviertas, arriesga siempre lo mínimo imprescindible: «Audentes fortuna iuvat» (A los que se atreven sonríe la fortuna), que nos decía Virgilio en La Eneida, pero no seas temerario, porque de temerarios están llenas las páginas del BORME…
Así que si:
- Cuentas con un cierto capital inicial para montar el negocio con el que siempre has soñado, pero no quieres verlo convertirse en humo… conviértete en franquiciado.
- Tu modelo de negocio propio no está del todo claro… conviértete en franquiciado.
- No te gusta ir por libre, y prefieres sentir el apoyo de una enseña consolidada… conviértete en franquiciado.
- Quieres aprender de los mejores, iniciarte en el mundo empresarial de la mano de expertos, y encima ganar dinero… conviértete en franquiciado.
La experiencia, el saber hacer, el conocimiento acumulado a base de aprender de los aciertos y errores, resultan fundamentales en cualquier tipo de negocio que quieras emprender.
¿Te imaginas lo sencillo que resultaría que toda esa suma de conocimiento y experiencia te fuera entregada por otros? Pues esa es una de las ventajas que tiene formar parte de una franquicia.
Abrir una franquicia: un mundo de posibilidades
Por otra parte, convertirte en franquiciado abre ante ti un completo abanico de posibilidades.
Como profesional autónomo, a la hora de iniciar un negocio tenderás a desarrollar una actividad en la que te sientas con dominio, lo que te impedirá explorar otros sectores de tu interés y quizás más satisfactorios para ti no solo en los aspectos lucrativos, sino incluso en los de realización personal.
Sin embargo, al abrir una franquicia, el límite lo pone tu valentía, pues todos los sectores y actividades se encuentran disponibles sobre el tablero de juego, aguardando a ese hábil jugador que rematará la partida.
Y aquí nuevamente me permito darte un consejo: analiza lo que verdaderamente buscas con tu negocio, pues hay un aspecto básico a tener en cuenta, y es que te vas a mover entre polos que debes equilibrar según tu interés.
Así, deberás dar un mayor o menor peso en la toma de decisión, a factores como el lucro, la autorrealización, el conocimiento del sector, el capital necesario, tu disponibilidad de tiempo, etc.
Los sectores más rentables
A la hora de abrir una franquicia, hay sectores tradicionalmente estables y rentables, a tener muy en cuenta.
Básicamente podemos clasificarlos en tres: Restauración, Moda y Servicios Especializados.
- La restauración, la hostelería, la alimentación: restaurantes especializados en comida temática, tiendas de productos gourmet, de congelados, vinotecas, heladerías, supermercados, panaderías, cafeterías…
- El cuidado corporal: peluquerías, locales de manicura, de depilación, gimnasios 24 x 365…
- La moda: tiendas de ropa con productos de bajo precio, muy asequibles, para un amplio mercado objetivo.
- Hogar-Decoración-Mobiliario.
- Servicios especializados y otros, como los locales de apuestas deportivas, la tecnología y las comunicaciones, inmobiliarias, agencias de viaje…
Mi apuesta
Si me pides mi particular apuesta ‘a caballo ganador’ a la hora de abrir una franquicia: me decantaría sin duda por el sector de la restauración.
Quizás porque soy un ‘foodie’ y un ‘winelover’…
¡Ah! Pero ¿no te lo había dicho? En esto de los negocios… ¡También hay que dejarse llevar por tus pasiones!
Sin pasión por lo que haces, sólo generarás fracaso.
En esto de los negocios... ¡también hay que dejarse llevar por tus pasiones! #franquicias Clic para tuitear