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Emprender en franquicia: lanzarse al vacío con el paracaídas puesto

Franquicia

  • Es un importante apoyo, pero tiene un coste y limita el margen de maniobra
Foto: Pixabay

Lo he comentado en más de una ocasión, pero nunca está de más que te lo vuelva a repetir, porque todos, cuando algo se nos mete en la cabeza y estamos dispuestos a llevarlo a cabo, pese a quien pese, olvidamos de forma intencionada hacer un repaso de las advertencias que sobre posibles complicaciones nos expone la cruda realidad, así como obviamos orgullosamente los sabios consejos que nos dieron quienes pasaron antes que nosotros por ciertas tesituras.

Así pues, quiero recordarte que emprender:

– No es una opción válida para todo el mundo

– Requiere actitudes (ilusión, resiliencia, motivación, paciencia…) y aptitudes (conocimientos y competencias)

– Exige contar con ‘pasta’

– Implica contar con un equipo integrado, complementario, bien avenido

– Parte de la base de haber tejido una buena red de contactos

– No consiste sólo en tener ‘una buena idea’: hay que desarrollar un buen Plan de Negocio

Si a pesar de todos mis ‘peros’, sigues empeñado en tu idea de emprender, plantéate seriamente cómo quieres hacerlo, pues no es lo mismo establecerse como autónomo, que constituir una mercantil, que darse de alta en una cooperativa de trabajo asociado… Como tampoco lo es convertirse en franquiciado, que es la propuesta que vengo a hacerte hoy.

Si no tienes clara una idea de negocio, tan solo que quieres emprender y que deseas introducirte en el mercado en un determinado sector, de una forma segura (lo que no significa que se te certifique el no fracasar, aunque ciertamente se te va a poner muy difícil), entonces quizás tu camino empresarial tome estos derroteros: convertirte en franquiciado.

Pero ¿qué es una franquicia?

Foto: Pixabay

En palabras llanas, una franquicia no deja de ser una especie de ‘licencia’, de ‘autorización’ o ‘concesión’. Para que nos entendamos: un emprendedor, antes que tú, tuvo una idea brillante que llevó a la práctica y triunfó. En un momento dado de su historia empresarial, ese emprendedor entendió que su idea podría y debería crecer y extenderse a lo largo y ancho del mundo, y que sería bueno para su negocio y para otros aguerridos emprendedores que, en lugar de establecer sus propias ‘delegaciones’, compartiera con ellos su éxito, en este caso contigo, cediéndote parte de la carga de trabajo y del beneficio. De este modo, ambos os beneficiaríais en un win-win de dos aspectos fundamentales en los que él ya tiene probada la validez de su modelo empresarial, y que va a compartir:

– Una marca reconocida y de prestigio

– Un acervo de conocimientos y prácticas, conocido como know-how

Así, el franquiciador te concede establecer su marca ‘a tu nombre’ en un determinado ‘territorio’, contando además con el apoyo y soporte permanentes de la Central, y siempre y cuando se respeten ciertas condiciones contractuales, y a cambio de unas cantidades económicas variables.

No todo será de color rosa

Foto: Pixabay

Sí, ya sabemos que contarás con un prestigio sobrevenido, con el respaldo de una marca reconocida, con una casi garantía de éxito, con un soporte constante, con unas buenas prácticas y conocimientos válidos. A poco que hagas, triunfarás, pero nada es gratis en esta vida, y los cuentos de hadas son sólo para los niños. Toma nota.

El franquiciador estudiará, por supuesto, al aspirante a franquiciado de su marca, porque en ello va en juego su prestigio y el futuro desarrollo de su negocio. No creas que en este caso, por poner la ‘pasta’ por delante, lo vas a tener todo hecho. El franquiciador puede no verlo claro contigo y decirte no.

El franquiciador buscará no sólo tu solvencia económica, sino que estudiará tu trayectoria y currículum, tu conducta, tu ‘fama’, tu forma de trabajar y de actuar en la vida, para ver si resulta o no conveniente a su marca el que se la asocie contigo, y cómo va a repercutir sobre la misma ‘tu historial vital’.

Te impondrá unas condiciones férreas de uso de la marca, sus distintivos, logos, etc. en todos los ámbitos. Te establecerá controles continuos de calidad y de adaptación de los productos y los servicios. Te exigirá unos requisitos que deberán cumplir el local (zona, dimensiones, características, etc.), los empleados…

Económicamente deberás afrontar un canon de entrada (cantidad que solo se paga una vez), unos costes de adecuación del local, e incluso abonar unos royalties (generalmente cantidades a detraer de tus beneficio y que se pagan periódicamente), y hacer frente a unos costes recurrentes de inversión publicitaria.

Generalmente los productos y materias primas serán de obligada adquisición a la Central… con lo cual olvídate de poder negociar con proveedores.

Habrá cláusulas de exclusividad y no competencia que te afectarán. Es decir, en lo esencial, estarás atado de pies y manos.

Si te vas a lanzar al abismo, compra un paracaídas a tu medida

Obviamente, no todo es tan dramático como pinta, y lo bueno de las franquicias no es únicamente que suelen ser modelos de negocio probados y exitosos, y que no vas a sentirte sólo frente al precipicio, sino que afortunadamente, tienes un amplio muestrario donde elegir. De ese modo, puedes estudiar la franquicia más adecuada a tus características personales, y a tus capacidades, y determinar el sector en el que más cómodo y realizado te vayas a encontrar, en el que tus debilidades sean mínimas y las fortalezas

máximas; en base a lo anterior, dispones de un número interesante de franquicias que te facilitarán optar en función de tus posibilidades económicas, de disponibilidad de zona, de rentabilidad esperada, de esfuerzo exigido, etc.

Resumiendo: si no tienes una idea de negocio propia que quieras desarrollar, o padeces una mínima aversión al riesgo, dispones de capital, y tienes ganas de sentirte realizado en algún sector determinado, gestionando una empresa (trabajando por cuenta propia), la franquicia puede ser tu opción.

[Artículo publicado en mi columna en elEconomista.es el 15/02/2016]

Por Raúl Tristán

Psicólogo Sanitario Col. A-03021. Director del Centro para la Salud Mental y el Bienestar Emocional 'Escuela de Vida GAIA'.

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