El espíritu juguetón, de un orondo cura bufón
En la penumbra de la iglesia, de viuda en viuda, saltaba.
Hasta que un día harta ya, Doña Martina ‘la beata’
A sus piernas un rosario ató, y en la pila bautismal le ahogó.
El espíritu juguetón, de un orondo cura bufón
En la penumbra de la iglesia, de viuda en viuda, saltaba.
Hasta que un día harta ya, Doña Martina ‘la beata’
A sus piernas un rosario ató, y en la pila bautismal le ahogó.